La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha instado a profundizar la construcción europea hasta lograr una Europa “verdaderamente independiente” y fuerte, capaz de afrontar los retos de una nueva era mucho más convulsa e incierta que la vivida durante los primeros años en que se gestó la idea de la Unión sobre las cenizas de la II Guerra Mundial. La alemana, que ha recibido este jueves en Aquisgrán el 75º Premio Internacional Carlomagno, ha subrayado, ante varios líderes europeos, entre ellos el rey Felipe VI, la urgencia de esta tarea. Sobre todo, ha recalcado, ante los crecientes “esfuerzos concertados” por “erosionar” la democracia sobre la que se sustenta toda la idea de la construcción europea. Unos intentos que llegan desde fuera, pero también desde dentro, ha puntualizado.
“Un nuevo orden internacional va a emerger en esta década. Si no queremos limitarnos a aceptar las consecuencias que esto tendrá para Europa y el mundo, debemos ser parte de la conformación de este nuevo orden”, ha alertado Von der Leyen durante la ceremonia de entrega del galardón que desde 1950 concede la ciudad de Aquisgrán a la personalidad que más ha contribuido a la construcción europea y que han recibido en el pasado, entre otros, los españoles Felipe González y Javier Solana.
“La historia no perdona ni los titubeos ni los retrasos. Nuestra misión es la independencia europea”, ha recalcado la alemana ante personalidades internacionales y mandatarios como el canciller alemán, Friedrich Merz, los primeros ministros de Albania, Edi Rama; Luxemburgo, Luc Frieden, o Malta, Robert Abela, así como el monarca español. En la ceremonia se esperaba también al presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ganador hace dos años del mismo premio y que debía viajar junto con Merz desde Berlín, pero finalmente regresó a Kiev. Sí estaban algunos de los principales responsables de la construcción europea de las últimas décadas, como el predecesor de Von der Leyen al frente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, o los expresidentes de la Eurocámara Martin Schulz y del Banco Central Europeo Jean-Claude Trichet, así como diversos eurodiputados.
El rey Felipe VI también ha abundado en la idea de una Europa fuerte ante un “orden político internacional cambiante y fragmentado” que requiere, ha dicho al comienzo de la ceremonia, un compromiso firme con la UE y sus valores.
“Estamos viendo el comienzo de un sistema multilateral debilitado y la aparición de un escenario mundial más determinado por el poder político que por las normas. Un escenario en el que está disminuyendo el compromiso con los esfuerzos colectivos y la búsqueda del bien común”, ha alertado el Rey. “Europa solo será poderosa si permanece unida (…) en un mundo de gigantes, tener ‘una sola voz’ ―o una clara y poderosa concertada― en los asuntos mundiales tiene que ser la respuesta”, ha reivindicado.
Von der Leyen ha instado a los europeos a “liberarse del miedo al cambio que nos ha retenido a veces en el pasado” y apostar decididamente por esa Europa “verdaderamente independiente”. Algo que requerirá, ha dicho, “desarrollar una nueva forma de pax europaea del Siglo XXI”, en referencia al periodo de paz vivido tras la II Guerra Mundial, que esté “diseñada y gestionada por la propia Europa”. Porque “Rusia y otros seguirán aumentando su economía de guerra. Por tanto, la necesidad de invertir en nuestra seguridad es cada vez más urgente. Y sabemos que esta inversión no vendrá de ninguna otra parte. Los tiempos están cambiando y Europa con ellos”, ha insistido.
Democracias bajo amenaza
También requerirá, ha agregado la jefa de la Comisión, hacer una apuesta decidida por la democracia que ha sido el pilar en el que se ha erigido la UE y el sistema bajo el que han crecido la mayoría de los europeos de las últimas generaciones, pero que no está, de ninguna manera, garantizada.
“Todos sabemos que nuestras democracias están siendo atacadas, con esfuerzos concertados de adversarios externos, pero también con intentos de erosionarlas desde dentro. Tenemos que luchar contra estas amenazas y tendencias”, ha reclamado Von der Leyen, que se ha declarado “preocupada” por el “auge de los partidos extremistas y las tendencias iliberales” por todo el continente. Algo que, ha advertido, “es una tendencia, y no solo pasajera”. Según la alemana, para combatir estas tendencias no basta con “quejarse de la gente que vota a los extremos”, sino que hay que presentar “argumentos más fuertes” a esas narrativas y “comprender las razones del descontento” de esos votantes.
“A muchos les preocupa cómo se está gestionando la migración irregular, el coste de la vida y de la vivienda, o la excesiva burocracia en el día a día”, ha enumerado en referencia a algunas de las políticas que está impulsando la Comisión bajo su mando, desde un controvertido endurecimiento de las normas migratorias al proceso de simplificación regulatorio emprendido en los últimos meses. “No defendemos nuestra democracia defendiendo el statu quo. Tenemos que ser los impulsores del cambio. Solo demostrando que la democracia funciona para los ciudadanos y que cumple sus objetivos, podremos crear una Unión más fuerte. Europa solo puede prosperar si prospera la democracia”, ha insistido.