Legislativas, locales, regionales, europeas y este domingo, presidenciales. En poco más de un año y medio, los casi 29 millones de polacos en edad de votar han sido convocados a las urnas en cinco elecciones consideradas trascendentales, por unos y otros, para el futuro del país. Polonia se inscribe en la dicotomía política que, con matices, recorre Europa: de un lado, un campo liberal, que encarna los valores occidentales y el europeísmo, frente a la derecha ultraconservadora, nacionalista y euroescéptica. En los comicios de este domingo los polacos están llamados a elegir al jefe de Estado, una figura clave que puede facilitar la agenda reformista del Gobierno de coalición capitaneado por Donald Tusk, o bien sabotearla, ejerciendo su derecho de veto en el proceso legislativo.
Las sucesivas elecciones que ha celebrado el país han demostrado que pese a la victoria liberal de 2023, las fuerzas ultraconservadoras y de extrema derecha no han desaparecido. Al contrario. Todos los comicios recientes se han decidido por márgenes muy estrechos y el país sigue profundamente dividido. “La mejor forma de ver esto no es como una victoria o derrota definitiva, sino como una lucha continua”, afirma Aleks Szczerbiak, profesor de Política de la Universidad de Sussex.
Las encuestas no anticipan que de la jornada de hoy salga un presidente de entre los 13 candidatos que se presentan. Para ganar en primera vuelta es necesario obtener más del 50% de votos. Salvo sorpresas, pasarán a la segunda, prevista para el 1 de junio, los dos favoritos. El primero, desde que se confirmó su candidatura, es el alcalde de Varsovia liberal y proeuropeo, Rafal Trzaskowski, de la Plafaforma Cívica (PO), de Tusk. Según el agregador de sondeos de Político, ha llegado a la cita electoral con una media del 31% de apoyos.
El segundo puesto lo ha ocupado el historiador nacionalista Karol Nawrocki, expresidente del Instituto de Memoria Nacional y candidato no afiliado apoyado por Ley y Justicia (PiS), de Jaroslaw Kaczynski, con el 26%. El aspirante ultraconservador ha ido acortando distancia con Trzaskowski a medida que ha avanzado la campaña.
El aspirante del partido de extrema derecha Konfederacja, Slawomir Mentzen, llega en tercera posición, con en torno al 12% de apoyos. Mentzen, igual que en las parlamentarias, empezó con una intención de voto de casi el 20% que se ha ido desinflando con el paso de las semanas.
Con un abanico tan amplio de candidaturas, la campaña ha estado muy fragmentada y los favoritos apenas suman entre el 55 y el 60% de los votos. Cada miembro del Gobierno de coalición —formado por fuerzas conservadoras, de centro y progresistas— ha presentado a su propio aspirante. También han aparecido nombres desconocidos en candidaturas marginales, y alguno expulsado de su formación, como el polémico ultra Grzegorz Braun.
Competencias clave
El presidente en Polonia tiene algunas competencias clave, como el derecho de veto de legislación —que se puede revertir solamente con una mayoría parlamentaria de tres quintos—. También el nombramiento de figuras como los jueces o embajadores y desempeña un papel activo en política exterior. Para PiS, mantener la jefatura de Estado ocupada ahora por uno de los suyos —el ultraconservador Andrzej Duda, que agota ahora el límite de dos mandatos—, es fundamental para reservarse una cuota de poder decisiva con capacidad para bloquear la acción de Gobierno.
El Ejecutivo liberal necesita también ganar estas elecciones para frenar la pérdida de popularidad que está sufriendo. “Hay una sensación general de que el Gobierno simplemente no está cumpliendo”, subraya Szczerbiak. “Tenían un programa de ’100 propuestas en 100 días’… y han cumplido unas 20”, continúa. Para Plataforma Cívica contar con un presidente afín es crucial para poder completar los proyectos que prometió sin la amenaza de bloqueo permanente, especialmente la reforma judicial para restaurar el Estado de derecho.
En algunos casos, sin embargo, como la legalización del aborto y las uniones del mismo sexo, los proyectos de ley ni siquiera han llegado a la mesa del presidente, porque las fuerzas más conservadoras del Gobierno las han frenado. Esto ha generado decepción entre jóvenes, mujeres y votantes progresistas que habían puesto grandes esperanzas en el giro político del país tras ocho años de Gobierno ultraconservador.
Cuando cierren los centros de votación a las 21.00 de la noche se conocerán los sondeos a pie de urna. Habrá que esperar al lunes, seguramente por la noche, o incluso el martes, como ha avanzado Sylwester Marciniak, presidente de la Comisión Electoral Nacional, para tener resultados oficiales.
La participación hasta las 17.00 ha sido del 50,69%. Son 2,8 puntos más que a la misma hora en los comicios de 2020, cuando fue del 47,89% (del 64,51% total). En las legislativas de octubre de 2023, se alcanzó una movilización récord, con el 74,38%.
