La Fiscalía General rusa ha declarado “organización indeseable” al British Council, la fundación del Gobierno británico para la enseñanza de inglés en el exterior. Esta etiqueta, equivalente a la de organización “extremista” o “terrorista”, implica que cualquier contacto con la fundación es considerado un grave delito. Aunque la institución ya no trabaja en Rusia desde la invasión de Ucrania, las autoridades amenazan con multa o cárcel a los que reciban clases oficiales de inglés vinculadas al British, participen en alguna actividad cultural, por ejemplo online, o se presenten al examen de inglés asociado a la institución, el IELTS.
“No operamos en Rusia”, ha advertido de nuevo el British Council en su web. “Esta prohibición está relacionada con un cambio en la legislación rusa que afecta a las organizaciones vinculadas a gobiernos extranjeros que el Gobierno ruso considera indeseables”, ahonda el instituto.
Las autoridades rusas acusan al British Council de ser una herramienta de Londres para influir en el extranjero “y apoyar el movimiento LGTBI, prohibido en Rusia”. “Con el pretexto de realizar actividades educativas y culturales, y enseñar el inglés […], promueve los valores y los intereses a largo plazo británicos en la educación, la cultura y la política juvenil”, ha declarado la Fiscalía rusa en un comunicado.
El artículo 284.1 del Código Penal ruso —“sobre las actividades de una organización extranjera o internacional cuyas acciones han sido declaradas indeseables”— es claro. Cualquier contacto con la institución, desde publicar sus contenidos en redes sociales, transferir una donación o recibir clases, se castiga con multa de hasta medio millón de rublos (más de 5.000 euros), 360 horas de trabajos forzados o hasta cinco años de cárcel.
Amnistía Internacional y la Fundación Elton John
El British Council se suma así a otras instituciones y ONG internacionales declaradas “indeseables”. Las penúltimas en entrar en la lista fueron Amnistía Internacional y la Fundación Elton John contra el VIH, en mayo. Antes, les ocurrió a movimientos ecologistas como Greenpeace, a medios independientes rusos y el Fondo contra la Corrupción del disidente Alexéi Navalni, que murió en la cárcel.
“No podemos dar ningún consejo sobre la normativa” rusa aprobada, reconoce el British Council en su comunicado. Los examinadores del certificado de idiomas IELTS, reconocido internacionalmente para valorar el conocimiento del inglés, suspendieron la prueba dentro de Rusia después de iniciarse la invasión de Ucrania debido a las sanciones contra el Kremlin. Sin embargo, los rusos seguían asistiendo a clases online y se presentaban al examen, que es presencial, en países de Asia Central o en Turquía. Al ser declarada como “organización indeseable”, hacer esta prueba del British Council puede ser considerado delito a partir de ahora, según lo estimen las autoridades rusas.
El Reino Unido es uno de los países más comprometidos con la defensa de Ucrania. Londres aprobó a finales de mayo su mayor paquete de sanciones contra Moscú desde el inicio de la invasión en 2022, y el Gobierno de Keir Starmer ha mostrado su determinación en seguir apoyando militarmente a Kiev ante el alejamiento de Estados Unidos de la guerra.
Londres defiende que los institutos de idiomas son fundamentales para unir al mundo. “El acceso a contenidos culturales y oportunidades educativas es especialmente valorado por los jóvenes que desean mantenerse conectados con una comunidad global”, señala en su comunicado.
El British Council ejerce una labor educativa similar a la que llevan a cabo el lnstituto Goethe alemán y el Instituto Cervantes español. Además de promocionar el turismo al país, sus exámenes oficiales, como el DELE para el español, sirven también de baremo oficial para la contratación y admisión de empleados y estudiantes.
Moscú bloqueó la fundación germana en 2023 como respuesta a la misma medida tomada por Alemania con la Casa de Rusia en Berlín. El Instituto Cervantes, mientras, sigue operando sin apenas cambios en Rusia.