Dos importantes ciudades bolivianas, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra, están aisladas desde el lunes por múltiples bloqueos de carreteras de campesinos que exigen la renuncia del presidente Luis Arce. En todo el país hay un ambiente de convulsión social por la aguda escasez de combustibles y una inflación cada vez más acelerada. El Gobierno ha respondido con un juicio contra quien considera el instigador de los conflictos, el expresidente Evo Morales, quien convocó a sus bases a resistir la eliminación de su candidatura en las elecciones de agosto, pero no está asociado a todos los brotes de indignación. “No le permitiremos intentar un golpe de Estado”, señaló el ministro de Gobierno (Seguridad), Roberto Siles.
Siles ha anunciado que demandará a Morales por “terrorismo, instigación pública a delinquir, obstaculización de procesos electorales, atentados contra la libertad de locomoción y la libertad de expresión”. La acusación se basa en un audio presentado a la prensa por un dirigente campesino en el que supuestamente está grabada la voz del exmandatario pidiéndole extender las protestas a La Paz, corazón de la política boliviana. La voz atribuida a Morales alerta de que si los bloqueos se limitasen a Cochabamba, como ocurrió en octubre de 2024, no lograrían su propósito. También calcula que la crisis política se agravará cada vez más porque “Lucho” (Arce) no es moralmente confiable para la población. “Es con todo hermanos. Es la batalla final”, se le escucha decir. El expresidente calificó esta grabación como un “montaje”.
“Las movilizaciones no son por una persona ni por una candidatura. Son el grito del pueblo que ya no puede esperar, que clama por pan y justicia. Porque cuando un gobierno que fue elegido con el 55% de apoyo, hoy apenas tiene el 2%, no es una oposición la que habla: es el pueblo que se levanta”, escribió en X.
Esta demanda judicial se suma a las varias que ha acumulado Morales desde que rompió con Arce, su antiguo ministro y el candidato que promovió en los comicios de 2020. La más grave de ellas es una acusación de estupro a una adolescente de 15 años con la que supuestamente tuvo un hijo en 2016. Por este caso existe una orden de aprehensión en su contra que no puede ejecutarse porque el líder indígena se ha refugiado en la zona cocalera del Chapare, donde cuenta con una “guardia sindical” que lo acompaña y protege.
No está claro cómo espera Morales ser aceptado como candidato, ya que no se ha inscrito a tiempo ante el Tribunal Electoral por falta de un partido político propio, luego de que el suyo, el Movimiento al Socialismo, pasara a manos de Arce por una decisión judicial. Además, el Tribunal Constitucional ha establecido en varias ocasiones que, de acuerdo con su interpretación de la Constitución, Morales no puede postularse nunca más.
El oficialismo piensa que busca imponer su candidatura derribando toda la institucionalidad boliviana, derrocando a Arce y deteniendo las elecciones en curso. “Evo miente cuando dice que su acción es por el bienestar de las familias bolivianas. Miente cuando dice que su protesta es por la economía, contra la inflación… persigue mi renuncia y esto solamente para habilitar su candidatura por la fuerza” publicó el presidente en sus redes sociales.
En las últimas horas Evo Morales ha vuelto a instruir, como en otras oportunidades, un bloqueo de carreteras para cortar las comunicaciones entre regiones e impedir el paso de alimentos, el libre tránsito de las personas y evitar la normalización de la provisión de combustibles,…
— Luis Alberto Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) June 3, 2025
En un gesto inusual en una campaña electoral, los candidatos de oposición se reunirán este fin de semana en Cochabamba, el epicentro del conflicto social, para discutir la situación política y económica del país.
Los cortes de ruta, la desaparición de las reservas de dólares y ciertos problemas logísticos han causado que en estos días falte combustible para el funcionamiento del aparato productivo y del parque automotor. Las filas de automóviles que buscan aprovisionarse son tan grandes que taponan el tráfico de las grandes ciudades.
De vivir de la exportación de hidrocarburos, el país se ha convertido en importador neto de estos. La economía se está ajustando a esta nueva realidad por sí misma, pues Arce se ha negado a tomar medidas correctivas.
La carencia de dólares también ha devaluado la moneda nacional y aumentado los precios de los bienes importados. Estos fenómenos han desencadenado una inflación interanual de 15% y un alza de los alimentos del 24%, cifras que Bolivia no registraba desde fines de los años ochenta del siglo pasado.