La negociación entre Washington y Bruselas para buscar una salida a la guerra comercial parece entrar en un escenario más favorable del que presagiaba el último movimiento de Estados Unidos: la entrada en vigor de la subida de los aranceles a la importación de aluminio y acero del 25% al 50%. Tras varias semanas en las que parecía estar en un callejón sin salida, el comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, ha calificado este miércoles como “productiva” la conversación que ha mantenido con el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, en los márgenes de una reunión de la OCDE en París.
“He tenido una conversación productiva y constructiva con el representante de Comercio de Estados Unidos. Avanzamos en la dirección correcta a buen ritmo, y estamos en estrecho contacto para mantener el impulso”, ha publicado Sefcovic en la red social X tras finalizar el primer encuentro en materia de comercio entre un representante de la UE y uno de EE UU que se celebra en territorio europeo desde el inicio de la guerra comercial desatada por Trump.
Had a productive and constructive discussion with @USTradeRep Ambassador Greer on the margins of the @OECD Trade Ministerial.
We’re advancing in the right direction at pace – and staying in close contact to maintain the momentum. pic.twitter.com/Epmb7kejFZ
— Maroš Šefčovič🇪🇺 (@MarosSefcovic) June 4, 2025
Sefcovic ha incidido en su mensaje positivo en una rueda de prensa posterior. “Puedo comparar dónde empezamos, cómo hemos continuado y dónde estamos ahora. Y puedo asegurar que actualmente nuestras conversaciones abarcan todos los temas de manera muy concreta”, ha subrayado el comisario. “Después de las conversaciones que que hemos mantenido a nivel técnico y del intercambio que tuve con [el secretario de Comercio de EE UU] Howard Lutnick durante el fin de semana, así como con Jamieson Greer ayer [por el martes] y esta mañana, creo que podemos lograr un resultado positivo”, ha agregado Sefcovic.
La reunión entre Sefcovic y Greer en la capital francesa comenzó a las nueve de la mañana, solo tres horas más tarde de que empezara a aplicarse la subida a los gravámenes a la importación de acero y aluminio anunciados por Trump la semana pasada. El presidente de EE UU firmó el decreto este martes y finalmente eximió al Reino Unido, único país con el que ya ha llegado a un acuerdo comercial después de haber abierto la guerra arancelaria.
A comienzos de abril, tras la imposición de los mal llamados “aranceles recíprocos”, Estados Unidos y la UE se dieron hasta el 9 de julio para llegar a un acuerdo, pero el 23 de mayo el presidente estadounidense amenazó con imponer derechos aduaneros del 50% a las importaciones de la UE ante lo poco que avanzaban las negociaciones. Tras varias reuniones en las que no hubo avances y la información en torno a ellas fue muy escasa, Bruselas y Washington ofrecieron la semana pasada un primer síntoma de entendimiento después de que tuviera lugar una llamada entre Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la que acordaron recuperar ese plazo del 9 de julio.
Otro de los síntomas que indican que la reunión de este miércoles en París ha ido bien es que Sefcovic apenas ha incidido en las posibles represalias de Bruselas a los aranceles decretados por Trump. “Por supuesto, si todo falla, también hemos sido muy transparentes y claros desde el principio al decir que estamos preparados para defender nuestros intereses y que haremos todo lo posible por reequilibrar nuestra relación comercial. Pero antes de llegar a ese punto, exploraremos todas las opciones de negociación y cada posibilidad para resolver este asunto como deben hacerlo dos aliados cercanos: mediante negociaciones y un acuerdo mutuamente beneficioso”, ha subrayado Sefcovic.
La UE suspendió a mediados de abril el incremento de derechos aduaneros aprobado para bienes estadounidenses por valor de unos 21.000 millones de euros, para dar una oportunidad a las negociaciones. Un segundo paquete, que se está debatiendo en Bruselas hasta el 10 de junio, afectaría a la importación de bienes de Estados Unidos por valor de 95.000 millones.